Alejandro Feijóo / Profes.net
La introducción de las tabletas digitales en las aulas puede abrir una nueva puerta a la integración definitiva de las TIC en el ámbito educativo.
En la sociedad actual, la palabra “digital” remite a una serie casi infinita de dispositivos electrónicos que reúnen facilidad de uso y aplicaciones prácticas que (en teoría) hacen más fácil nuestra vida diaria. Sin embargo, se olvida a menudo la carga etimológica del término (que nos lleva a “dedo”). Por ello, el Proyecto Dedos reúne ambas acepciones de digital, en el sentido de utilizar dispositivos “digitales” que solo precisan “dedos” para funcionar.
Por otra parte, de entre las sucesivas eclosiones que sufre periódicamente el mercado tecnológico, el boom de las llamadas tabletas digitales ha sido uno de los más contundentes de los últimos tiempos. Llamadas a desbancar a ordenadores portátiles y miniportátiles, estas tabletas reúnen conectividad, navegación y ocio en un solo dispositivo. Y todo ello al alcance de la mano; mejor dicho, de los dedos.
Con estos antecedentes, el Centro Internacional de Tecnologías Avanzadas (CITA) de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, dentro del proyecto Territorio eBook, lanzó el Proyecto Dedos, consistente en explorar y valorar la potencialidad pedagógica de las tabletas digitales y las posibilidades que supondría su aterrizaje en las aulas. Para ello, implementó una experiencia pionera en el Centro de Educación Obligatoria Miguel Delibes de Macotera (Salamanca).
La convivencia entre formatos
En este CEO se facilitaron veintisiete tabletas digitales para veintitrés alumnos y cuatro profesores de 5.º y 6.º de Primaria y 4.º de ESO. Las tabletas estuvieron en funcionamiento desde el mes de diciembre hasta la finalización del curso. Entonces se realizó la evaluación de un proyecto que espera explotar la facilidad de uso de las tabletas y convertirlas en instrumentos atractivos frente al proceso de enseñanza-aprendizaje.
Asimismo, otro de los propósitos del Proyecto Dedos fue el de “propiciar la generación de contenidos” específicos que permitan sostener las estrategias educativas. A su vez, estos dispositivos digitales habrán de generar nuevos modos de lectura, de escritura y, en general, nuevos vínculos pedagógicos cuyo impacto deberá ser analizado.
En términos más generales, los impulsores del proyecto han comprobado que la incorporación de las tabletas digitales en las aulas ha supuesto un revulsivo para los estudiantes, actuando como elemento motivador al suponer una fuente casi infinita de acceso a la información. A su vez, resultó mucho más sencillo compartir la información entre los estudiantes, y entre los estudiantes y el profesor. Además su gran memoria permitió el almacenamiento de bibliografías completas, lo cual podrá reducir el temido peso de las mochilas escolares.
Como notas negativas, todos han coincidido en que el dispositivo elegido (el Ipad de Apple) ha presentado algunos inconvenientes por mor de sus propias características técnicas, pues dicho dispositivo, por ejemplo, no admite Flash, formato casi estándar para las aplicaciones educativas hoy en día en la red; y no tiene un puerto usb, lo que ha obligado a utilizar algunos “atajos” para poder incorporar contenidos en su interior. Sin embargo, la experiencia ha sido ciertamente satisfactoria.
Desde CITA se aclara que no se pretende que la tableta digital funcione como sustituto al libro impreso; más bien al contrario, se destacan las grandes posibilidades de convivencia entre los distintos dispositivos. Por otra parte, la gran funcionalidad de las tabletas permite que estas funcionen como libro de texto, cuaderno de clase, contenedor de materiales específicos, agenda y libro de ejercicios. Todo ello en apenas un puñado de pulgadas.
Más información:
• Blog del Proyecto Dedos
• CEO Miguel Delibes
• Informe Tabletas digitales en el aula (en pdf).
• Presentación
• Noticia original en Profes.net
