Sugerencias de los docentes del KIPP King Collegiate High School (California, EEUU) sobre cómo desarrollar y evaluar el pensamiento crítico en tus estudiantes.

Artículo original: Mariko Nobori, edutopia.org

Traducción y adaptación: Julia Molano / Aprender a Pensar

Idealmente, la enseñanza del pensamiento crítico debería formar parte del enfoque global de cualquiera de las áreas que impartas. Pero si te estás iniciando en esto, aquí tienes algunas pautas concretas con las que empezar.

1. Pregunta.

Preguntar es el núcleo mismo del pensamiento crítico, así que se trata de crear un entorno en el que la curiosidad intelectual sea potenciada y las preguntas estimuladas. Se trata de integrar el flujo de preguntas a lo largo de la lección. “Muy raramente avanzo más de 30 segundos sin preguntar algo, y raramente también me detengo en esa pregunta”, explica Jared Kushida, profesor de una asignatura de política global llamada Guerra y Paz en el KIPP King Collegiate.

Al principio serás tú quien plantee el mayor número de preguntas, de manera que tus alumnos aprendan qué tipos de preguntas conducen a profundizar en un tema. También puedes dar varias respuestas para que argumenten a favor de una u otra, o hacer preguntas que dirijan a conclusiones opuestas. A medida que los estudiantes se familiaricen con el método serán ellos los que lleven el ritmo y curso de la clase.

2. Empieza con una pista y ayúdales a desvelar el asunto.

Plantea una pregunta provocadora para construir un argumento en torno a ella, identificando términos ambiguos o subjetivos, clarificándolos y definiéndolos. Por ejemplo, Katie Kirkpatrick, profesora de Discurso y composición en el KIPP King Collegiate, plantea esta pregunta en la primera unidad: ¿Es una vida en la pobreza responsabilidad del individuo o resultado de factores externos? A partir de ahí guía a la clase para definir lo que ella llama “términos turbios” (poco claros), como por ejemplo “responsabilidad del individuo” o “resultado de factores externos”. Una vez que los términos están claramente definidos, los estudiantes están más capacitados para encontrar hechos relevantes y dar una respuesta argumentada a la pregunta.

3. Dales herramientas para entrar en la conversación.


Al principio del curso, Kirkpatrick entrega a sus estudiantes una lista de giros y conectores como “Estoy de acuerdo/en desacuerdo porque…”, “Entiendo tu posición porque…” o “¿Puedes explicar qué quieres decir con…?”. Estas herramientas facilitan la entrada en la conversación de los estudiantes, y guiarán su proceso de pensamiento en el análisis de los argumentos.

4. Ejemplifica tus expectativas.

La mejor manera de aprender es por imitación: ejemplifica modos de participar en la conversación, maneras de discutir puntos de vista, enseña con tu propio comportamiento aquello que quieras que aprendan. Kirkpatrick utiliza ejemplos, buenos y malos, de personas presentando argumentos, que encuentra en sitios tipo YouTube.

(Aquí tienes algunos ejemplos en inglés):

5. Impulsa la polémica constructiva.

Las discusiones siempre implican diferencia de perspectivas. Kellan McNulty, que enseña Historia Universal e Historia de los EEUU, utiliza incluso una “carta de abogado del diablo” que le entrega en secreto a un estudiante antes de la discusión, encargándole el rol de presentar argumentos contrarios a los de sus compañeros. Puedes plantear a tus alumnos temas controvertidos y dejarles que los debatan libremente, pero asegúrate primero de enseñarles cómo disentir con respeto y establecer reglas para la discusión, referentes al tipo de lenguaje que es preferible utilizar y a la argumentación basada en evidencias o razonamientos, y no en opiniones personales o impresiones subjetivas.

6. Elige contenidos de su interés.

Es importante escoger temas que sean significativos y relevantes para los estudiantes para conseguir que se impliquen al máximo. Además hay que dedicar tiempo a buscar recursos y documentación asociada, como textos, fotos, vídeos, para animar las discusiones y ofrecer puntos de vista distintos. También es conveniente llevar preparada una lista de preguntas de todo tipo (sobre hechos, analíticas, argumentales o filosóficas) para llevar adelante el debate.

7. Organiza discusiones socráticas.

La discusión socrática es el método de investigación en el que los participantes se intercambian preguntas que ponen a prueba la lógica con el propósito de alcanzar una mayor comprensión o claridad.

En el KIPP King Collegiate, los profesores regularmente organizan discusiones socráticas formales para dar la oportunidad a los estudiantes de desafiarse intelectualmente. Los profesores participan en ellas únicamente como observadores, dando pistas solo cuando la discusión decae. También es posible poner en práctica el diálogo socrático de un modo más informal. Kushida explica que trabaja el cuestionamiento socrático todos los días, “no estando nunca satisfecho con las respuestas de los estudiantes que no llevan a otra pregunta, y siempre contraargumentando y enseñándoles a hacer lo mismo”.

8. Evalúa su razonamiento con diferentes métodos.

Para saber si tus estudiantes están aprendiendo a pensar críticamente, necesitas una ventana sobre sus procesos de pensamiento. Los ensayos, las discusiones socráticas y las exposiciones les dan la oportunidad de demostrar sus habilidades y te permiten evaluar su razonamiento en situaciones diversas. Incluso los tests escritos pueden fomentar el pensamiento crítico si requieren que el estudiante contraargumente series de afirmaciones con datos y pruebas tomadas de la unidad estudiada. También puedes asignarles por turnos temas sobre los que investigar y dejarles conducir la discusión en clase. De esta manera podrás evaluar su grado de entendimiento de la materia y sus habilidades para comunicarlo.

9. Haz que los estudiantes se evalúen entre ellos.

Puede ser difícil evaluar a los estudiantes a la vez que intentas conducir una discusión socrática. Pero una manera en la que los profesores en el King dan a sus estudiantes algo de responsabilidad es organizando el aula en una disposición tipo “pecera”, con un círculo interior y otro exterior. Los alumnos del círculo interior son los participantes activos, mientras que los del exterior son sus compañeros-evaluadores. Kirkpatrick, McNulty, y otros profesores del King utilizan una rúbrica para las discusiones socráticas que expone claramente los componentes del pensamiento analítico, de manera que los estudiantes-evaluadores saben exactamente a qué tienen que estar atentos. Y evaluando a sus compañeros con la misma rúbrica que el profesor los estudiantes entienden mejor los puntos clave del pensamiento crítico y la discusión.

10. Pasa a segundo plano.

Puede ser difícil para un profesor dejarse llevar y dejar que los alumnos lleven la clase. “Pero cuando te eliminas de la ecuación”, explica McNulty, “realmente fuerzas a los chicos a progresar”. Y cuando les das la oportunidad de ser pensadores en clase y conducir la marcha de la clase, pueden llevarla en direcciones inesperadas que son más relevantes para ellos y por tanto más plausibles de permanecer.

Esta es una traducción-adaptación del artículo original, publicado en Edutopia.org, Takeaway Tips for Teaching Critical Thinking

3 Comments

Ada Soto Tenorio

Son muy buenas pistas para poder plantear un buen pensamiento critico ya que, el pensamiento crítico es el analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en especial aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana. Cabe destacar que esto no implica pensar de forma negativa a encontrar defectos y fallos. Tampoco es intentar cambiar la forma de pensar de las personas o reemplazar los sentimientos y emociones. ya que el unico objetivo es es evitar las presiones sociales que llevan a la estandarización y al conformismo. Ast

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Mariana Olivia Garza Basurto

Estos 10 puntos que menciona aquí se me hace que son importantes, ya que es importante que un estudiante, y mejor aún, una persona sea pensador crítico porque debemos tener nuestros propios criterios sobre situaciones y sobre temas, pudiendo escuchar diferentes opiniones y no entrar en discusión y saber tener un criterio para saber que creer y que no creer, también es bueno poder generar un interés en las demás personas para tener conversaciones de interés y que cada quien muestre lo que piensa a base de argumentos, sabiendo respetar la forma de pensar de cada quien, pero siendo crítico sobre esto.

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