Hace cuatro meses, YouTube y el Museo Guggenheim anunciaron la convocatoria de la primera bienal Youtube Play, que invitaba a creadores tanto profesionales como aficionados a presentar sus vídeos, con el único requisito de que estuvieran online, duraran menos de 10 minutos y tuvieran como máximo dos años de antigüedad.
El pasado21 de octubre se dieron a conocer los 25 vídeos seleccionados de entre los más de 23.000 presentados al concurso en una espectacular gala en el Museo Guggenheim de Nueva York. Muchos de ellos son cortos de animación que ya han sido vistos concursando en distintos festivales internacionales, e incluso nominados al Oscar, como es el caso del corto animado I met the Walrus, de Jerry Levithan.
La convocatoria parecía querer romper la barrera entre el arte «consagrado» y las nuevas formas de expresión y distribución online, tal y como lo explicaba Nancy Spector, subcomisaria de arte contemporáneo de la Fundación Guggenheim al diario El País:
«El objetivo último es descubrir qué se está haciendo ahí fuera y ver si la base tecnológica de algo como Youtube, las redes sociales y estas nuevas formas de distribución online están contribuyendo a transformar el tipo de propuestas que hacen los artistas, afectan al producto creativo o incluso si Internet está generando nuevas formas de arte».
Sin embargo, lo cierto es que tanto los integrantes del jurado (pertencientes al equipo de comisarios de la fundación neoyorquina Solomon Guggenheim), entre los que se contaban autoridades del establishment del mundo audiovisual como Laurie Anderson o Takashi Murakami, como la mayor parte de los vídeos seleccionados, creados por especialistas y profesionales del género, han despertado las críticas acerca del falso carácter revolucionario o experimental de este certamen.