El pasado 11 de mayo se celebró el Día Internacional del Comercio Justo. El mensaje lanzado por las organizaciones de comercio justo en esta ocasión lo protagonizó el azúcar: Para endulzarte la vida, no hay que amargar a nadie.
En el mercado convencional, el azúcar mueve al año alrededor de 70.000 millones de dólares y sus beneficios no siempre llegan a quienes lo cultivan, o no en una proporción razonable. De hecho, el negocio en Brasil, uno de los principales productores y exportadores de azúcar, se caracteriza por la mano de obra barata.
El precio del azúcar se marca en los mercados internacionales y depende, sobre todo, de dos variables: la demanda para la elaboración de agro-combustibles y la especulación, que da lugar a stocks almacenados a la espera de mejores precios futuros.
Gracias al apoyo de las asociaciones de comercio justo a diversas cooperativas de los países más empobrecidos, entre las que destacan las de Paraguay, la producción de azúcar de comercio justo creció en el último año un 9%, hasta alcanzar las 140.000 toneladas.
El azúcar de comercio justo asegura
– Salarios dignos e iguales para hombres y mujeres.
– Ausencia de explotación laboral, especialmente infantil.
– Precios de compra justos.
– No utilización de transgénicos y productos químicos.
– Prefinanciación de las cosechas.
– Respeto por la biodiversidad y los cultivos autóctonos.
– Formas de auto-organización democrática de los campesinos.
– Cultivos respetuosos con el medio ambiente y , en su mayoría, ecológicos.
Para saber más
Organización Mundial de Comercio Justo-América Latina