Alejandro Feijóo / Julia Molano
La semana pasada se celebró en Madrid la undécima edición del Congreso de Escuelas Católicas (FERE-CECA y EyG). El encuentro se desarrolló bajo el lema “El liderazgo educativo, motor del cambio” y contó con la participación de ponentes de renombre como Gonzalo Alonso, ex-director ejecutivo de Google para Latinoamérica, Marc Prensky, experto en aprendizaje y TIC, y Montserrat del Pozo,directora del Colegio Montserrat de Barcelona, entre otros, a quienes se sumaron cerca de un millar y medio de entusiastas participantes. El evento estuvo patrocinado por el Grupo SM.
En la jornada final se emitió un documento de conclusiones en el que se reflejan los trazos principales de las ponencias y deliberaciones que tuvieron lugar en el seno del Congreso. En estas conclusiones puede leerse la decisión de Escuelas Católicas de adoptar una actitud emprendedora de cara a la transformación que necesita la educación para afrontar la sociedad del mañana. Así, “el cambio de paradigma en la educación de la fe” será impulsado por la oferta educativa cristiana, la cual necesita contar con educadores espiritualmente competentes.
Cambio curricular
Las nuevas tecnologías también están presentes en el documento de conclusiones. Constatada la pérdida de efectividad de la pedagogía tradicional ante los deseos de interactividad y autonomía de los alumnos. Escuelas Católicas convoca a elaborar “una nueva pedagogía” más orientada a las necesidad de los alumnos mediante herramientas didácticas más reales y efectivas.
En cuanto a los equipos directivos de los centros, las conclusiones reclaman un cambio del actual modelo de gestión a otro de liderazgo, en el que cobrará especial importancia la selección, formación y desarrollo profesional de los equipos de dirección.
El papel de la educación en el escenario actual de crisis socioeconómica es otro de los ejes del documento. Para afrontar este contexto, Escuelas Católicas propone una mayor autonomía escolar, el fortalecimiento del liderazgo en los centros, la mejora de la capacitación docente y “un cambio curricular que redefina qué se espera que los alumnos hayan aprendido al acabar la enseñanza obligatoria”. Para alcanzar estos objetivos se requiere, además de un compromiso activo con el cambio, una mayor financiación y la dotación de los recursos necesarios.
Generar debate
En cuanto al desarrollo del Congreso, destacó la participación de la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar, quien en la jornada inaugural se refirió al reto que suponen los altos índices de paro juvenil y el elevado fracaso escolar. “Nuestro presente y nuestro futuro se juega cada día en las aulas”, expresó la consejera.
Por su parte, Esperanza Aguirre intervino en la segunda jornada del Congreso. Allí expresó la responsabilidad de las escuelas católicas como transmisoras de los “extraordinarios valores” del cristianismo. “No os avergoncéis de ser cristianos y de transmitir esos valores a vuestros alumnos”, añadió la presidenta de la Comunidad de Madrid. Por último, elogió el programa BEDA de educación bilingüe implantado en 177 centros.
Ángel Gabilondo fue el encargado de clausurar con una alocución en la que agradeció la celebración del Congreso por “generar el debate para la mejora de la educación”, al tiempo que expresó su estima por la aportación a la pluralidad y a los valores de la libertad que aportan los centros concertados.
Próximamente os ofreceremos un resumen detallado de las ponencias de M. Prensky y Montserrat del Pozo.
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