En un artículo que dio la vuelta al mundo en 2001, Marc Prensky presentaba la «brecha digital» como el enfrentamiento en las aulas de dos generaciones: aquella que ha crecido con la omnipresencia de los dispositivos digitales, y que ya no puede entender el mundo sin ellos, y aquella que se crió con los libros y los profesores tradicionales, a la que le resulta cada vez más difícil llegar a su público más joven.
Los primeros son los Nativos Digitales, que hablan el idioma del nuevo mundo de manera natural, y no entienden los métodos de sus profesores tradicionales. Todo va demasiado lento para ellos, no conciben que el papel no les «responda» como lo hace la pantalla de sus dispositivos digitales y su atención cambia continuamente de foco.
Los segundos, los Inmigrantes Digitales, imprimen sus correos y llaman por teléfono para asegurarse de que han sido recibidos. Se desesperan por la «falta de seriedad» de sus alumnos, y asisten atónitos a la creciente ineficiencia de sus antiguos métodos de enseñanza.
¿Cómo son los Nativos Digitales? ¿Es necesario que lo hagamos todo «divertido» para que se interesen por lo que sus profesores tienen que contarles? ¿En qué medida podemos resistirnos al cambio de mentalidad que suponen las nuevas tecnologías?
Hemos traducido este artículo que, a pesar de su antigüedad (según la velocidad del nuevo mundo digital), creemos que no ha quedado obsoleto.