Sentir y pensar. Programa de actividades para desarrollar la educación emocional en la escuela es una colección de materiales prácticos para facilitar la labor del profesorado que se proponga el desarrollo de las competencias emocionales del alumnado. Consiste en seis cuadernos para el alumnado: uno para cada nivel de Educación Primaria (de primer curso a sexto). Dentro de cada cuaderno se incluye un material para las familias.
Cada cuaderno contiene ejercicios prácticos que se pueden realizar en el aula con el apoyo del profesor-tutor. La hora de tutoría es el momento más apropiado para la realización de estas actividades. Tanto es así que estos materiales se pueden considerar como un libro de texto de tutoría, como mínimo de una parte de la tutoría.
Las actividades prácticas se estructuran en cinco grandes bloques de competencias: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, competencias sociales, competencias para la vida y el bienestar. Cada actividad está ilustrada con dibujos a todo color, lo cual da una emocionalidad añadida a la actividad.
En el desarrollo de las competencias emocionales es muy importante la labor de las familias. Por esto, en cada Cuaderno hay un material dirigido a las madres y los padres para que puedan contribuir a la educación emocional de sus hijos.
En la elaboración de estos materiales han participado un nutrido grupo de profesionales con una formación sólida en educación emocional y con una larga experiencia en el tema: Núria Pérez Escoda, Meritxell Obiols, Èlia López, Montserrat Cuadrado, Imma Roger, Carolina Moreno, Eduard Rubio, Ruth Ortín, Rosa Martret y Sílvia Pérez.
Hay evidencias de que los centros educativos que se preocupan por formar en competencias emocionales a su alumnado obtienen como consecuencia una disminución de comportamientos disruptivos, conflictos, violencia, etc. Esto contribuye, al mismo tiempo, a mejorar el clima de aula y de centro, a mejorar la satisfacción del profesorado y las familias, a aumentar la motivación tanto del profesorado como del alumnado, y como consecuencia de todo ello se observa una mejora en el rendimiento académco.
La intención es que estos materiales sirvan de apoyo a la labor del profesorado interesado en incluir la educación emocional en la dinámica de clase. Si las iniciativas del profesorado son apoyadas por la dirección del centro y por las familias se produce un efecto multiplicador. Todo ello repercute en el bienestar personal y social de las personas implicadas (alumnado, profesorado, familias).
Rafael Bizquerra