El profesor congoleño Mbuyi Kabunda comentaba hace años en una conferencia que, al recordar en la actualidad los textos escolares con los que aprendía de pequeño en su país, comprendía más que nunca la importancia del contexto en el aprendizaje. En aquellos libros se hablaba del metro de París o de la distancia entre Lyon y Burdeos, lo cual carecía por completo de sentido para los niños de su clase.
Este ejemplo expresa de manera muy clara un camino educativo que no solo no facilita el aprendizaje sino que, además, lo convierte en una carrera de obstáculos. La opción contraria es lo que se conoce como aprendizaje significativo o aprendizaje con sentido, que parte de los conocimientos previos del alumno para que pueda relacionar los nuevos con aquellos que ya forman parte de su bagaje personal.
Los conocimientos previos no necesariamente se adquieren en la educación formal. El alumno los ha construido a partir de su experiencia tanto en el aula, como en la familia, o en el entono social. Tienen un carácter eminentemente práctico y, además, son persistentes, se han arraigado fuertemente en él, muchas veces de manera inconsciente. Por este motivo, si contienen razonamientos erróneos, son especialmente difíciles de desmontar.
Está comprobado que activar un conocimiento previo ayuda a dar sentido a un conocimiento nuevo con el que se asocia. Pero, ¿cómo podemos potenciar este tipo de aprendizaje?
Algunas pistas para favorecer el aprendizaje con sentido
1-Tener presente que el aprendizaje nunca comienza de cero, de mentes en blanco, sino que parte de conocimientos y experiencias previos.
2-Procurar que los nuevos contenidos hagan referencia a conocimientos previos.
3-Presentar los nuevos conocimientos de forma organizada, de manera que puedan establecerse conexiones lógicas.
4-Utilizar un lenguaje que no resulte demasiado difícil o novedoso.
5-Asumir el papel de profesor mediador entre los conocimientos y los alumnos.
6-Centrar el aprendizaje en los alumnos y hacerles responsables del mismo, mediante un proceso de preguntas que les mueva a investigar y descubrir.
7-Utilizar estrategias que motiven a los alumnos a aprender, que despierten su curiosidad, su interés.
8-Fomentar el aprendizaje en grupo, a través del intercambio de opiniones y conocimientos individuales.
9– Adecuar las tareas a las capacidades de los alumnos.
10 – Evaluar el aprendizaje con los alumnos, de manera que conozcan sus puntos fuertes y débiles, su manera de acceder al conocimiento, de aprender a aprender.