El caso
Tras el terremoto de Haití, y ante las dificultades para repartir la ayuda humanitaria que va llegando a la isla, los Estados Unidos han movilizado a su ejército, mientras que la ONU ha puesto en marcha a sus Fuerzas de Paz, los cascos azules. Ambas persiguen el objetivo de reestablecer el orden y asegurar el desempeño de las labores humanitarias. La presencia de los marines americanos ha despertado recelos en Europa, mientras que desde otros sectores se acusa a la ONU de inoperancia.
El fondo
Las funciones de los cascos azules son, entre otras, “desarmar e inmovilizar a los combatientes” en caso de contienda militar, y “realizar el mantenimiento de la ley y el orden” así como “proteger a la población civil” (fuente: Wikipedia). Es presumible que estas acciones no puedan llevarse a cabo sin, a su vez, usar la fuerza (si, por ejemplo, en esas labores de protección fuera necesario defender a un grupo de personas desarmadas del ataque de un grupo armado). Luego entre “fuerzas de paz” y ejército no parece haber tantas diferencias, al menos respecto al uso de los medios.
El debate
¿En qué se diferencian las “fuerzas de paz” de las “fuerzas de guerra”? ¿Existe alguna manera de restablecer el orden que no implique el uso de la fuerza en alguna de sus formas? ¿Es legítimo el uso de la violencia en algunas situaciones? ¿Se puede y es legítimo mantener la paz por medio de la violencia?