La Biblioteca Digital Mundial tiene por objeto clasificar en formato digital tesoros culturales de todo el mundo aportados por instituciones colaboradoras, unas 70 de momento, provenientes de 45 países. Incluye manuscritos, grabados, imágenes, y, en general, “documentos difíciles de conseguir, de valor incalculable”, según John Van Oudenaren, director del proyecto.
La Biblioteca, disponible en la dirección www.wdl.org/es/ y traducida a seis idiomas (español, árabe, inglés, francés, portugués, chino y ruso) se centra “no tanto en la cantidad como en la calidad” de las fichas, que son elaboradas por expertos con el objeto de ofrecer una correcta descripción de la obra y el motivo de su importancia. Como señala Van Oudenaren, el valor de la muestra descansa en la “cuidada selección, basada en la importancia cultural, belleza artística o la dificultad de conseguir un ejemplar» de las obras catalogadas. La Biblioteca cuenta ya con unos 1500 artículos, y avanza gracias al apoyo de instituciones privadas y de la UNESCO. Aquellos países que, por dificultades de presupuesto, no estaban en condiciones de digitalizar sus aportaciones, han recibido ayuda para la compra de equipamiento y la capacitación del personal necesario para llevar a cabo el proyecto.
Con respecto a una posible modalidad wiki del proyecto, en la que los usuarios pudieran participar en la edición de las fichas de las obras, Van Oudenaren aclara que “el modelo wiki se encuentra en etapa de prueba en la sección de traducciones del sitio, de forma moderada”. De no ser así, explica, “estaríamos renunciando a nuestra responsabilidad como entidad cultural. En teoría, como institución contamos con expertos, y tenemos que marcar un liderazgo en términos de calidad, y ser los guardianes de este material”. En cualquier caso, la web cuenta con un uso 2.0, pues los usuarios podrán hacer sus aportaciones en forma de comentarios a las obras.