Os traemos este artículo de la organización TeachableMoment.org con ideas para abordar el diálogo sobre temas sensibles en el aula.

Artículo original: Jinnie Spiegler, TeachableMoment.org

Traducción y adaptación: Julia Molano / Aprender a Pensar

1. Crea un ambiente comprensivo y respetuoso en tu clase.

A veces los estudiantes no participan en discusiones sobre temas sensibles porque les preocupa que sus opiniones sean ridiculizadas o que surjan sentimientos descontroladamente porque el tema les toca de cerca. Para crear un entorno seguro y propicio, haz acuerdos con el grupo al principio del curso. Estos pueden incluir directrices como «no insultar», «no interrumpir», «escuchar sin juzgar», «comparte hasta donde quieras», etc. Recuerda a los estudiantes que cuando se habla de grupos de personas, deben tener cuidado con las generalizaciones y usar la palabra «algunos», no «todos». Organiza actividades comunitarias para crear un ambiente positivo y respetuoso en el aula, y resuelve los conflictos de manera proactiva. Más importante aún, conviértete en un modelo a imitar siendo honesto y abierto tú mismo y por ser respetuoso y ecuánime con los diferentes puntos de vista.

2. Prepárate.

(…)

Antes de profundizar en un tema difícil con sus alumnos, prepárate a fondo. Las Times Topics pages (en inglés), que recogen todas las noticias, la opinión y los documentos multimedia del Times acerca de un tema, pueden ser útiles, como puede serlo el blog Room for Debate, en el que expertos con una amplia gama de puntos de vista discuten temas de actualidad.

A continuación, articula tu propio punto de vista sobre el tema de modo que cuando los estudiantes pidan tu opinión -que lo harán- tú estés preparado. Aunque muchos profesores mantienen sus propios puntos de vista fuera de las aulas, si procede compartir el tuyo, espera hasta el final de la discusión.

También debes considerar de antemano los posibles «detonantes» para tus estudiantes. Por ejemplo, si estáis discutiendo sobre el matrimonio gay, recuerda que seguramente tengas estudiantes que sean gays, o que tienen padres, familiares o amigos gays, o que tienen creencias religiosas en conflicto con el matrimonio gay. Algunos de estos estudiantes pueden sentirse aliviados al hablar de un tema tan relevante para sus vidas, mientras que otros pueden sentirse incómodos. Esto no quiere decir que no debas discutir el tema, pero tampoco debes nunca poner de relieve las situaciones particulares de los alumnos. Recuerda a tus estudiantes las reglas del juego y explica que el asunto puede afectar a algunos estudiantes de forma muy personal. Dependiendo del tema, puede que incluso quieras avisar con antelación a los estudiantes o a sus padres de que el tema será discutido en clase en los próximos días.

3. Averigua lo que los alumnos ya saben o han experimentado.

Empieza por lo que tus alumnos ya saben. Puedes evaluar sus conocimientos previos de muchas maneras, sea a través de la creación de una web semántica con toda la clase y haciendo una tormenta de ideas asociadas con el tema, sea hablando por parejas o escribiendo sus ideas en una ficha (si el tema es muy delicado, puedes pedirles que escriban de forma anónima primero, y en función de sus respuestas decidir cómo proceder después). Haz una lista con todas las preguntas que tengan. Estas preguntas son una pista adicional sobre lo que los estudiantes ya saben, o creen saber, y lo que no. Asegúrate de pedirles que expliquen de dónde sacaron la información y sus opiniones, e invítalos a hablar de cómo saben que sus fuentes son fiables. Recuérdales que, al aprender o discutir acerca de temas sensibles, siempre deben preguntarse «¿Qué sé yo, y cómo lo sé?»

4. Reúne las preguntas de los estudiantes y examinadlas juntos.

Después de dar a los estudiantes información básica sobre el tema, trata de suscitar las preguntas que todavía puedan tener. Si se están centrando en cuestiones de contenido (quién, qué, dónde, por qué, cuándo), amplía su investigación para que piensen más allá de los hechos básicos y profundicen en cuestiones más esenciales. Por ejemplo, si fueras a discutir sobre la muerte de Osama Bin Laden, las preguntas de contenido podrían ser: ¿Quién fue Osama Bin Laden? ¿Dónde creció? ¿En qué creía? ¿Por qué planificó los ataques del 9/11? ¿Cómo fue capturado? Estas preguntas son importantes, pero las preguntas como «¿Por qué la gente emprende acciones violentas?» empujan a los estudiantes a profundizar, a hacer conexiones más allá de la historia de actualidad y hacia una comprensión más compleja de la situación. Otra fructífera línea de cuestionamiento podría ser la de preguntarse cómo el problema afecta a la persona involucrada y cómo afecta a la sociedad en general.

5. Establece conexiones.

Ayuda a tus estudiantes a hacer conexiones entre el tema en cuestión y sus propias vidas. ¿Cómo les afecta el problema a ellos o a sus familiares, amigos o comunidad? ¿Por qué debería importarles? Si no hay una conexión obvia, ayúdales a encontrar una. Por ejemplo, si estáis hablando sobre el terremoto en Haití y la crisis permanente que ha generado, pero tus estudiantes no tienen ninguna conexión con Haití, puedes preguntarles si tienen familiares en otros lugares donde hayan ocurrido desastres naturales. A menudo, empezar con materiales multimedia, ya sean fotos, vídeo o infografía, engancha a los estudiantes.

Próxima semana:

10 pistas para hablar con tus estudiantes sobre temas delicados de actualidad (II)

One Comment

Nerea

Me parece interesante el tema que trata. No es fácil hablar con los alumnos de temas complicados, y muchas veces los docentes se encuentran con el problema de que sus alumnos no cuentan aquellas situaciones que les inquieta, por lo que creo que estas 5 primeras pistas son muy útiles. Gracias por su aportación y espero que muchos docentes sepan aprovecharlas.

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