Si tenemos en cuenta los principios de la ecología emocional, sabremos qué hacer para mejorar la convivencia y minimizar los conflictos que surjan en la familia.
¿Qué es la ecología emocional?
“La Ecología Emocional es el arte de gestionar nuestras emociones de tal forma que su energía sirva para mejorarnos a nosotros mismos, aumentar la calidad de nuestras relaciones y tener mayor cuidado del mundo que nos rodea” (Maria Mercè Conangla y Jaume Soler, 2002).
¿En qué se basa?
La ecología emocional se basa en tres principios:
1. Principio de responsabilidad en la gestión de nuestras emociones: no podemos decidir lo que sentimos, pero sí lo que hacemos.
2. Principio de prevención: debemos hacer buen uso de nuestra energía emocional y no derrocharla en acciones negativas o autodestructivas, para poder enfrentarnos adecuadamente a los diferentes retos en la vida.
3. Principio del respeto: es necesario crear un clima emocional positivo, basado en el respeto mutuo.
¿Cómo nos ayuda?
Ante un conflicto, la ecología emocional nos propone:
z No limitarnos a regañar, reprochar o darle vueltas a un enfado. Ponerse en el lugar del otro y buscar cómo solucionar los choques personales es la manera más rápida y positiva de aprovechar al máximo nuestra energía.
z Favorecer sentimientos positivos: ternura, compasión, serenidad o gratitud.
z Al comunicarnos, evitar expresiones “dardo”, que hieren, y utilizar expresiones “puente”, que unen.
z Centrarnos en nuestra mejora personal en lugar de insistir en querer cambiar a los demás.
z Cuando nos invada un sentimiento negativo (ira, tristeza…), realizar actividades o acciones que nos ayuden a superar esa emoción.