¿Piensan los jóvenes? Los adultos y, en particular, los profesores tenemos respuestas dispares para esa pregunta. En un extremo tenemos a los negativos tajantes, “Nada!; ¡cada vez menos!” y en el extremo opuesto a los siempre optimistas, “¡Sí, piensan profundamente y nos sorprenden con su enorme creatividad!”.