La situación actual de la filosofía en la enseñanza conviene tratarla en dos dimensiones. La primera, muy urgente, es intentar luchar desde todos los ámbitos porque la creación y aplicación de las distintas leyes educativas y sus concreciones autonómicas afecten lo menos posible a la asignatura. La segunda es más ambiciosa y más definitiva. Debemos ser capaces de convencer a la sociedad de la importancia educativa y social de la filosofía.

Creo que el enfoque desde una competencia es muy útil. Como saben nuestros lectores, la Unión Europea ha seleccionado ocho competencias básicas, que deben constituir el gran objetivo educativo en todos los niveles de la enseñanza. Son las siguientes:
minerva• lingüística
• científica
• numérica
• tecnológica
• cultural
• aprender a aprender
• aprender a emprender
• habilidades sociales y ciudadanía
Este esquema ha sido recogido por la LOE. Pues bien, lo que sostengo es que falta una competencia básica, la más específicamente europea. Es fácil ver que las ocho mencionadas son necesarias para vivir en una sociedad desarrollada, pero proporcionan habilidades fragmentadas y no fomentan ninguna capacidad crítica. Podrían servir para educar a un esclavo. Pero el mundo actual es complejo y conflictivo. Nuestros alumnos van a recibir mensajes contradictorios, y necesitan tener ideas claras sobre la realidad, su inteligencia, y su situación en el mundo. Tienen que saber pensar, seleccionar la información y ejercer sobre ellas una mirada crítica, si quieren ser libres. El asunto es serio, porque nuestros adolescentes necesitan estructuras mentales, afectivas y éticas que les permitan orientarse en el pensamiento y en la realidad. No se trata de que nuestros alumnos estudien filosofía como estudian historia del arte, o geología, para tener una especie de cultura general. Se trata de convertir la filosofía en un adverbio, y enseñar a tomar decisiones personales o políticas, a leer la prensa o ver la televisión, a ser ingeniero, arquitecto o empleado de banco «filosóficamente». Es decir, aplicando a la vida diaria conocimientos, hábitos, valores que tradicionalmente están relacionados con la filosofía, y que van desde hábitos intelectuales hasta hábitos éticos.
Este sitio, APRENDER A PENSAR, nace con la idea de reivindicar una «novena competencia», la competencia de «saber pensar», en cualesquiera situaciones y sobre cualesquiera contenidos. Esta novena competencia, a la que también podemos llamar «competencia filosófica», es imprescindible para un ciudadano europeo del siglo XXI.

La novena competencia: aprender a pensar

Propongo que de una manera muy sucinta, para ir desbrozando el camino, intentemos responder a esta pregunta:
¿Cuales serían los conocimientos y los hábitos indispensables para la competencia filosófica de un ciudadano que no va a estudiar más filosofía en su vida?
Aclarado este asunto podríamos atender a otros: cómo, cuándo y dónde se enseña; y cómo deben estar formados los profesores para hacerlo.
Siempre he defendido que los docentes de secundaria debíamos tener nuestros propios grupos de investigación y estudio. Somos nosotros los que estamos en condiciones de saber lo que debían estudiar nuestros alumnos. Una asignatura de filosofía para adolescentes no puede ser la misma que se estudia en la universidad, pero jibarizada. Es otra cosa, tiene otros objetivos y ha de tener otro enfoque distinto. Y eso sólo nosotros -desde las aulas- podemos saberlo.

La utilidad de la filosofía

Acabo de leer en Le Monde de l’Education un artículo sobre la decadencia de la filosofía en el bachillerato francés, donde era la prueba reina. El autor cree que se ha quedado anticuada en su concepción. No ha sabido superar la masificación. Propone como objetivo de la asignatura «la recuperación del sujeto inteligente y libre».
Los profesores de filosofía nos quejamos con frecuencia de que nuestra asignatura no está suficientemente valorada. Estamos convencidos de que la filosofía no es un saber más, una parte importante de la formación cultural, sino que se mueve en un plano más profundo. Es la inteligencia reflexiva en acción. El sujeto inteligente hace muchas cosas: trabaja, va al supermercado, forma una familia, participa en política, se enamora, pinta, escucha música, toma decisiones. Pues bien, cuando reflexiona racionalmente sobre estas actividades, se encuentra haciendo filosofía sin saberlo.
Para que nuestras reivindicaciones lleguen a la sociedad, debemos explicar con claridad la utilidad de nuestra asignatura, cosa que no hacemos bien. Mi experiencia -tras veinte libros, decenas de conferencias y centenares de artículos sobre filosofía en revistas de gran tirada- es que a la gente le interesa la filosofía cuando se enteran de lo que es. Pues vamos a explicárselo. Una tradición anacrónica repite como un timbre de gloria que la filosofía es un saber inútil, que no sirve para nada. Entonces, no vale la pena estudiarla. Los horarios escolares son reducidos y hay que utilizarlos bien. Lo que ocurre es que esa afirmación es falsa.
Filosofar es vivir consciente, reflexiva y responsablemente. Por ello, necesitamos luchar contra la estúpida idea de que la filosofía no sirve para nada. Esa supuesta inutilidad era un elogio envenenado que pretendía enaltecer nuestra actividad poniéndola a salvo de un torpe utilitarismo. Pero, ¿para qué estudiarla, entonces? Es el gran antídoto contra el fanatismo, el dogmatismo, la credulidad, la superstición y la simpleza. Desarrolla todo tipo de anticuerpos mentales: la capacidad crítica, la independencia, la visión de conjunto, la valentía ante los problemas, la valentía ante las soluciones a esos problemas. Es la inteligencia resuelta, es decir, la que soluciona los problemas y avanza con resolución.
No deberíamos esperar a que las leyes o la sociedad nos apoyen. Primero debemos demostrar la utilidad, la brillantez, la necesidad de lo que hacemos. No es verdad que el buen paño en el arca se vende. Iniciemos una gran operación de «marketing filosófico», expliquemos bien lo que hacemos y, por supuesto, hagámoslo bien.
Para eso necesitamos mejorar nuestros procedimientos didácticos, elaborar materiales eficaces, atractivos y rigurosos. Al fin y al cabo es nuestra peculiar manera de colaborar al adecentamiento del mundo. Para facilitar esta cooperación, podemos utilizar este lugar, que nos permite aprovechar las nuevas tecnologías en nuestro proyecto educativo, y crear una red social de profesores (no solo de filosofía, pues como bien sabemos el pensar se da, o debería darse, en todos los ámbitos del currículo) en la web, que podemos utilizar, además, como un eficaz recurso didáctico para comunicarnos con nuestros alumnos y compartir contenidos.
Les espero.

José Antonio Marina

20 Comments

Fran

Marina ha dado en el clavo: la LOE y antes la LOGSE son leyes educativas para educar esclavos y han tenido gran éxito. Los jóvenes de hoy están completamente adocenados y son incapaces de pensar por sí mismos. Siguen la estela del rebaño y están más preocupados por tener que por ser. Parece que ser libres se reduce a emborracharse y tomar drogas sin límite y cada vez es más frecuente ver niños de 13, 14, 15 ó 16 trapicheando con hachís y marihuana en las escuelas.
Obviamente, son mucho más manipulables unos jóvenes que no saben pensar por sí mismos, que es lo que más interesa a los políticos, para tener el control de las nuevas generaciones.

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Diego Rincon

Me parece muy acertado el trabajo que se propone para la filosofìa. Es bueno darle una orientaciòn nueva dentro del curriculo escolar y dirigirla hacia un compromiso con la realidad permanente de nuestros estudiantes. El trabajo duro comienza ahora pero espero que de los frutos positivos esperados…

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antonio

Me parece muy interesante el articulo , la educacion hoy en dia se ha reducido solo al saber tecnocratico , por eso el urgente recate de la filosofia , yo soy estudiante de ciencias de la educacion , y estoy elaborando mi proyecto de investigacion de tesis con el tema de las competencias educativas y la filosofia» y leer el presente me sirvio para reflexionar y enriquecerlo.

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Fernando

Suscribo lo leido.
Siempre estoy echando de menos reflexiones a fondo sobre la educación, pensar y en particular «filosofar» con el mejor sentido práctico posible, incluso a veces ni eso, simplemente dando rienda suelta al pensamiento.
En fin ya tengo una cierta edad, crios todavía pequeños y echo de menos reflexiones parecidas. No he podido evitar recordar a mi padre, ya fallecido, y hablar a mis hijos de asuntos parecidos y de como mi padre hace muchos años me hablaba de estas cosas. De mi hermana, abnegada profesora de filosofia en la enseñanza secundaria de nuestro actual siglo XXI y de como lucha denodadamente para cambatir el emprobecimiento intelectual de su alumnado.
Enhorabuena José Antonio.

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Al

Actualmente enseño Música en Secundaria.
A falta de latín o filosofía, esta asignatura supone un caramelo con el que practicar estructuras – desde el propio lenguaje musical- y de paso estructurar la mente. Ni que decir que la asignatura permite también un atractivo repaso a la historia del conocimiento.

Pero la sensación que me queda de mis alumnos es una falta de interés, quizás relacionada con su falta de hábito en el pensar. Me entristece comprobar que e los 15 años carecen de criterios propios, que no saben coger apuntes, ni extraer ideas de un texto o relacionarlas con otras ideas. Esperan órdenes concisas mientras confunden mito con realidad. En definitiva, NO PIENSAN por sí mismos. Sólo copian, obedecen. Y ni sus padres ni sus profesores podemos permitirnos tanta comodidad.

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Javier Morales

¿Se dignará algún día el Señor Marina a pasar por aquí?
Porque como siempre, esto es el blog de Marina, pero sin Marina.
No estaría mal que alguna vez se pudiera discutir algún tema con él directamente, sino esto no tiene sentido.
Si estos temas ya de por sí gozan de poco interés en Internet, si alguien mediático como Marina se niega a ofrecernos apoyo, mal vamos.

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alambique

No comparto el comentario anterior. No se puede pedir a un bloguero que intervenga tras cada comentario que aparece en su post, y menos para encauzar una conversación que escapa a su control. Creo que el bloguero es un provocador, que genera un racimo de ideas no siempre convergentes, en torno a un desencadenante inicial, y eso es lo que espero de Marina en este blog.

La clave está en lanzar una idea potente y dejar que evolucione, como cuando se introduce un diminuto cristal en una solución saturada. Ese germen es condición necesaria para lograr un buen cristal, pero una vez puesto en la disolución hay que dejarlo crecer con otras aportaciones. Una intervención artificiosa para reconducir el crecimiento suele llevar al desastre: la redisolución de la estructura.

Señor Marina siga como ahora: lance su idea inicial y deje que otros la hagamos crecer, para que sea finalmente una estructura colectiva.

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alambique

Por cierto, hoy, día de los santos inocentes, hace justamente un mes desde que la Plataforma en Defensa de la Filosofía envió un escrito al ministro de Educación para denunciar el perjuicio que ha ocasionado la LOE en esta área del currículo. Es verdad que la denuncia se centraba más en las cuestiones profesionales(reducción de número de horas, posibilidad de que profesores de otras áreas impartan EpC, desprestigio del Departamento de Filosofía…) que en las educativas, pero es indiscutible el progresivo deterioro de esta área, a pesar de su relevancia en la formación integral del alumno.

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Javier Morales

El problema es que tal vez la noticia del último novio de Belén Estéban se difunde sola por Internet, pero en temas que despiertan tan poco interés como este, no lo tengo tan claro.

Y no digo que Marina esté aquí todo el rato contestando cada diez minutos, solo pido que ALGUNA VEZ se pase, pero es que ni eso.

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Amelia Alvarez

«Nadie puede entender la vida si no se cuestiona el por qué. de su existencia».Me alegra encontrar personas que como yo creemmos, vivimos y no dejamos de existir.Animo ,el sentido común va con nosotros.

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María Dolores

Un día enfadada por la manipulación a la que mis alumnos se dejaban someter( preocupados por la consecución en la vida de objetivos unicamente materiales) les dije8como profesora de Lengua)»sed vosotros mismos, entender lo que escucháis,interpretar correctamente los mensajes que os llegan…tenéis todas las herramientas del mundo para informaros,para crecer como personas y no sabéis utilizarlas,vais demasiado deprisa, no reflexionáis sobre la vida, tenéis que engordar vuestra cultura, ser individuos con capacidad de un pensamiento propio. Cuando salgáis ahí fuera, al mundo laboral,cuando tengáis que volar solos os van a comer…una chica me contestó: Déjalos maestra que disfruten mientras lo hacen. Qué tristeza, pensé»

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PAZ MARTÍNEZ

yo llevo más de 10 años intentando aprender a pensar .He leido los libros de
E. FROM,
J.A.MARINA
y todo PIERRE BOURDIEU .
Aún no he aprendido del todo pero yo creo que esa es la clave ……el interés por aprender ,más que el saber pensar correctamente.

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Marcos Santos Gómez

Totalmente de acuerdo. Pero resulta desalentador cómo incluso en foros universitarios es cada vez más una tarea casi heroica tener que defender la permanencia de la filosofía en unos planes de estudio, entre los compañeros y no digamos, en el contexto de Bolonia, para las empresas y la «sociedad». Percibo unas corrientes peligrosísimas en la sociedad que me hacen sospechar cada vez más de un totalitarismo del mercado, el cual, juzga lo bueno y lo malo fuera y, cada vez más, dentro de la universidad. El viejo margen de crítica y libertad de los intelectuales universitarios se está perdiendo por completo, al menos en España, con la excusa de la calidad y la excelencia. Se está machacando esa figura donde antes podía residir el espíritu crítico y la actitud vigilante hacia el poder. Las constantes evaluaciones de nuestro trabajo (soy profesor universitario metido a pedagogo y filósofo) podrían acercarse a un peligroso control del conocimiento y, digámoslo de una vez, censura. El poder, como ya es sabido, no actúa como antes. Es más sabio. Siguiendo la pista de Foucault en este asunto, hoy hay más bien poderes, es decir, una red de amos invisibles que en realidad son también las víctimas. Frente a la antigua pirámide, hoy el poder tiende a un espacio reticular en el que la lucha entre iguales y la atomización social cumplen la antigua función de la tortura y la represión. Legalmente hay libertad, pero la ley se hace para simular justicia dejando el suficiente margen para que obren los poderes fácticos, léase mercado y, en connivencia con el mismo, políticos. Todo esto me escandaliza y deja asolado… ¿Dónde está la universidad filosófica de antes? ¿Dónde el saber para la emancipación y la crítica? Hoy se criminaliza como nunca, y contra lo que las campañas para la tolerancia o la igualdad hacen creer, al diferente, sólo que se le acusa de no rendir según los rankings o acoplarse a los nuevos tiempos. Todo esto es dolorosamente hipócrita. Y lo peor es que en la universidad pocas protestas se oyen. Quizás falte, en efecto, la sensatez que la filosofía podría aportar.
Un saludo y mi admiración y agradecimiento al profesor Marina.
Marcos Santos.

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Rafael

Siendo la filosofía la capacidad de admirarse ante las situaciones cotidianas, debería constituir un eje transversal en todos las áreas académicas y contenidos a desarrollar en el aula.
La apatía e insensibilidad de una sociedad egoista y consumista, conduce a poner de lado la filosofía y convertirla en un estilo de vida para la toma de decisiones.
Incluirla es nuestro deber!!!

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Esperanza

Soy profesora de Física y Química y me confieso una apasionada de la filosofía porque…¿qué es la Ciencia en definitiva? Un preguntarse por todo, un intento de conocer la verdad, que ya incluso la Física da por inalcanzable…Los grandes físicos dl siglo XX pasaban días filosofando.
TOTALMENTE DE ACUERDO CON JOSÉ LUÍS MARINA.

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andrea

Hace mucho que no encontraba un argumento con tanta excelencia…gracias por estimular mi vocación filosofica!!!!

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Alba L Uribe A

Pienso que no es tanto crear una cátedra …es implementar un sistema semejante al que implemento Sócrates…para generar movimiento en el pensamiento…que sea participativo, no catedrático, porque por ello se ha perdido la filosofía del pensador.

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jesricart

Está pendiente de articular un nuevo parámetro (que de hecho se deriva de otros tres: el de aprender a pensar, el de saber emprender y el de aprender a aprender) y es el de aprender a co-pensar. Pensar significa tener en cuenta todas las variables y correlaciones potenciales de los elementos implicados en un tema dado; pues bien, eso incluye tener en cuenta a los demás portadores de esas variables. Un/a pensante alcanza tanta más lucidez cuanto mas tiene en cuenta las aportaciones constructivas al pensamiento de otras fuentes. Ese criterio metodológico lo convierte en co-pensante. Un/a co-pensante es quien por encima de persoalismos y de méritos nominales (para su propio nombre o figura) prioriza las buenas ideas y su conformación a partir de las distintas contribuciones reflexivas que vayan surgiendo. Al final del proceso lo menos significativo es quien inició el tema o propuso cada combinación de palabras sino la resultante lograda de la mejor formulación que desde una visión teórica inteligente explique una temática concreta. Co-pensar significa apostar por la inteligencia coleciva como el gran valor de la población o de un segmento de esta comprometida en una causa cientifica, social o cultural. Para poder co-pensar en grupo es necesario tener un sentimiento de empatía con todoas loas demás pensantes y no caer en las bajuras de las rivalidades interpersonales a partir de los padrinazgos de cada cual con sus propuestas específicas. No hay que olvidar que una propuesta emitida y en circulación deja de pertenecer en exclusiva a quien la enuncia a partir de que sea asumida por otros haciéndola suya.

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Carlos

Muy interesante el artículo, me ha servido para mi investigación…quisiera saber si alguien me puede ayudar a encontrar lo que es competencias filosóficas. Gracias..:)

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